El pastor guatemalteco Cash Luna se encuentra en el centro de una polémica que podría llevarlo a la cárcel, mientras su imperio religioso y multimillonario empieza a tambalearse. Conocido por su estilo de vida lujoso y su predicación de la prosperidad, Luna ha sido objeto de investigaciones que revelan posibles vínculos con el narcotráfico y la corrupción política en Guatemala. Una investigación periodística de Univisión en 2018 expuso conexiones entre Luna y Marjorie Chacón, una narcotraficante apodada “La reina del sur”, sugiriendo que el pastor no solo estaba al tanto de sus actividades ilícitas, sino que también desempeñaba roles clave en su organización criminal.
La llegada de Luna a Nicaragua, en un contexto de represión religiosa hacia la Iglesia católica, ha desatado críticas sobre el favoritismo del régimen de Daniel Ortega hacia ciertos grupos religiosos. Mientras el obispo Rolando Álvarez cumple un año de encarcelamiento, Luna es recibido con honores, lo que pone de manifiesto el uso de la religión como herramienta política. Este trato diferencial revela la hipocresía de un gobierno que se presenta como defensor de la libertad religiosa, al tiempo que persigue a aquellos que cuestionan su autoridad.
Además, las actividades de Luna están marcadas por la mercantilización de la fe, como se evidenció en su reciente evento en Managua, donde se cobraron entradas de $30, una suma considerable en un país con altos índices de pobreza. Esta práctica ha sido objeto de críticas, planteando dudas sobre sus verdaderas motivaciones. La combinación de religión y política en la trayectoria de Luna ilustra cómo los líderes religiosos pueden manipular la fe para acumular poder y riqueza, a menudo a expensas de sus seguidores.
El futuro de Cash Luna es incierto, mientras enfrenta serias acusaciones que podrían llevarlo a un juicio. Su historia es un recordatorio de la necesidad de cuestionar a aquellos que, bajo la apariencia de líderes espirituales, pueden estar involucrados en actividades ilícitas y corrupción. La comunidad sigue de cerca este caso, que no solo afecta a la figura de Luna, sino que también plantea interrogantes sobre la integridad de las instituciones religiosas en la región.